En el oficialismo, los buenos resultados conseguidos por el equipo de los pibes de Rubén Insúa trajeron algo de aire. La sensación de derrota indeclinable en las urnas quedó atrás, y hoy el sentimiento predominante es que, si el fútbol continúa por esta senda, la victoria no parece inalcanzable.
Lo cierto es que el llamada a elecciones anticipadas, la renuncia de Marcelo Tinelli y el paso al costado de la escena pública de Matías Lammens descomprimieron el cuadro de conflicto permanente.
Hoy el oficialismo esta dividido en tres líneas internas. El lammensismo, conducido desde Suipacha 1111 por el ministro de Turismo, tiene como referentes al vicepresidente, Miguel Mastrosimone, y al prosecretario, Gastón Laville. Por otro lado, el presidente, Horacio Arreceygor, y el tesorero, Claudio Lantaron, formaron un tandem entre ambos en la gestión diaria. Mientras que el secretario, Sergio Costantino, lidera otra espacio interno junto al Intendente, Juan Diego Fernández.
A menos de sesenta días del cierre de listas, el único directivo que manifiesta intenciones de ser candidato es Costantino. El ex Intendente fatiga teléfonos de ex directivos, algunos que lo son pero quedaron relegados de la diaria y hasta de opositores. Por su parte, Mastrosimone le asegura a su entorno que no participará de la contienda. Mientras que Arreceygor ya afirmó que no ira por la máxima postulación, aunque nadie se atreve a descartar que integre la boleta.
El miedo al tapado
Las distintas huestes del oficialismo temen un escenario en el que ninguno de ellos sea el elegido por Lammens. En ese caso, el ministro cercano a Alberto Fernández elegiría a una persona ajena al microclima azulgrana. Por ahora ha sondeado a Damián Manusovich; al senador bonaerense y ex vocal, Joaquín De la Torre; y a Sebastián Torrico para la vicepresidencia. También a otros empresarios y políticos importantes de los distintos sectores.
En el oficialismo aseguran que no tolerarán que Lammens imponga al candidato. Afirman que «nosotros nos bancamos el quilombo y no vamos a aceptar que nos pongan un foráneo». La interna continua abierta.