Transcurrían los inicios de 2017. Matías Lammens acababa de ser reelecto con el 89 por ciento de los votos. Eran épocas de selfies en la tribuna y reconocimiento en las redes sociales. San Lorenzo le sonría al actual ministro. Y también, claro, a Marcelo Tinelli.
En ese contexto, un viejo amigo suyo decidió colaborar con la institución. La referencia apunta al socio vitalicio, Alberto Castro, quien vio crecer a Lammens desde que era un adolescente que iba a su casa. También compartió innumerable cantidad de partidos con él, viajes, comidas, casamientos y demás eventos. Dicha relación lo llevó a acompañarlo en su gestión como asambleísta entre 2013 y 2019.
La causa por la que Castro decidió ayudar era noble: la vuelta a Boedo. El interlocutor, una de las personas de su máxima confianza: el entonces Presidente. Por eso, el 30 de marzo de 2017 prestó 30.000 dólares. La promesa consistía en que se le devolvería la suma antes de la finalización del mandato de Matías Lammens. El dinero sería utilizado para abonar una de las cuotas adeudadas al hipermercado Carrefour. En la misma situación se encontraban numerosos socios y allegados. La promesa de Lammens no finalizaba ahí. Si el club no podía hacerse cargo de la erogación, la misma correría por cuenta suya.
Sin embargo, los meses pasaban y el reintegro no se efectuaba. En paralelo, Alberto Castro empezaba a distanciarse de la dirigencia porque consideraba que el rumbo no era el indicado. Llegó diciembre de 2019, la fecha en la que se haría efectivo el reembolso. Lammens le dejaba la presidencia a Tinelli y asumía en el ministerio de Turismo y Deportes, luego de haber sumado el 35 por ciento de los votos como candidato a jefe de Gobiero gracias al arrastre de la boleta nacional del Frente de Todos liderado por Alberto Fernández.
En ese entonces, Castro intentó ponerse en contacto con Lammens para encontrar una solución. Las respuestas esquivas empezaron a aparecer. Pero por su insistencia se acordó en febrero de 2020 una reunión en el Ministerio de Turismo. La misma fracasó rotundamente. Desde su sillón de ministro, Lammens destrató a quien había confiado en él. «Animate a hacerle juicio al club. Vos la plata se la prestaste a San Lorenzo. No a mi», le dijo desmintiéndose a si mismo.
Promediando el año un fiscalizador oficialista, Agustín Manganiello, le envió un audio por WhatsApp. «La semana próxima vamos a cobrar lo de Senesi y pensábamos pagar estas cosas, así que lo van a tener. Matías me dijo que sabe que pusieron la plata y que es responsable, si no la plata la pondrá él». Pero nada de eso sucedió. Se trató de otro intento de dilatar la cuestión.
En diciembre de 2020 el interlocutor fue el flamante vicepresidente, Miguel Mastrosimone, la mano derecha de Lammens y Secretario desde diciembre de 2013 hasta hace treinta días. En la misma no se registraron avances. Allí Castro entendió que ni el club, ni el amigo de su familia le iban a devolver el dinero. Una suma que significaba gran parte de los ahorros de su vida.
Ya en 2021 le envió carta documento a San Lorenzo reclamando los dólares. La sentencia judicial fue favorable a Alberto Castro. El club decidió apelar, pero la Cámara confirmó el incumplimiento en febrero de este año. La oferta que San Lorenzo quiso hacer valer era la cancelación del mutuo al valor del dólar oficial, rechazada de plano por Castro y posteriomente por la Jueza quien determino que el pago deberá hacerse en dólar billete o MEP.
Hoy el club le debe U$S 30.000 a devolver en billetes o bajo modalidad MEP (dólar bolsa) de adquisición en el mercado cambiario oficial sin restricciones, existiendo jurisprudencia al efecto. Si se le suma intereses, honorarios y costas se estima $ 1.500.000 de intereses. Amigos no son los amigos.
