En el oficialismo reza una máxima. En la previa de cada partido de local anunciar la posibilidad de elecciones anticipadas. El primer antecedente data de los días anteriores a la última fecha del torneo pasado, en la que San Lorenzo empataría con Racing.
Apenas 72 horas antes, el entonces vicepresidente, Matías Lammens, emitía una carta abierta al socio. En la misma expresaba que ante la renuncia de Marcelo Tinelli, el club necesitaba llamar a elecciones para legitimar a sus autoridades. El objetivo fue conseguido. Ante los de Avellaneda el clima fue distinto al del empate frente a Platense y la derrota contra Patronato.
Ya contra Arsenal la estrategia fue distinta. Apuntó a quitarle volumen al público. Por eso se jugó un martes a las 15. Esta misma jugada se usará ante Unión y Talleres, cotejos que se disputarán entre semana y a la tarde.
Durante la última semana, las versiones de que antes, durante y después del choque ante Tigre, habría protestas de socios e hinchas provocaron el despliegue de una nueva estrategia. Se citó a Comisión Directiva para el 8 de julio, el día siguiente al cierre del mercado de pases. El día elegido no fue casual. Se dio 48 horas antes del partido contra Tigre. Una manera de neutralizar los focos de protesta.
Pero tampoco es azarosa la fecha en que se juntarán los dirigentes. Será apenas un día antes del clásico con Boca, que se jugará a estadio lleno. Otro partido que, ante una eventual derrota, podría alterar los ánimos de los hinchas.