«Estoy con tu primo aca», le escribió, en ese entonces por mensaje de texto, un joven Matías Lammens, de 32 años, a su amigo Leandro Vital. Su primo era nada menos que Marcelo Tinelli, quien ya hacía más de un año se había alejado de San Lorenzo en su rol de líder del grupo inversor.
En aquella mañana de sábado soleado de diciembre de 2010, el conductor se había acercado a Ciudad Deportiva con la excusa de presenciar la fecha de divisiones inferiores. El verdadero motivo consistió en hacerle un guiño a la lista savinista Nuevo San Lorenzo, que llevaba al empresario financiero y tesorero del club en aquel entonces, Claudio Di Meglio, como candidato presidencial.
Para eso se mostró junto a sus candidatos, entre los que se destacaban Horacio Arreceygor (vicepresidente 1ro), el propio Lammens (protesorero), Guillermo Zoppi (vicepresidente de Savino) y el vocal, Miguel Matas. También estaba el periodista partidario, Alfredo Gatti, quien falleció en 2016. El actual ministro había sido acercado al savinismo por quien fuera su padrino político: Héctor Viesca, Intendente entre 2004 y 2010 y operador político del ex Presidente. Sin ir más lejos, sus detractores internos en aquel armado lo llamaban «el secretario de Viesca». Las elecciones se desarrollarían una semana después, y serían ganadas por Carlos Abdo.
«Ahora le mando un mensajito y le aviso que estas ahí», le contestó Vital a su antiguo compañero del Colegio Nacional Buenos Aires. Luego de recibir el texto de su primo, Tinelli preguntó quien era Lammens, quien se presentó y luego mantuvo un breve diálogo. «Leandro me habla siempre bien de vos. Gracias por llevar a Francisquito el otro dia», le dijo. Es que un mes antes, Lammens había llevado al Nuevo Gasómetro al hijo de Tinelli por pedido del propio Leandro Vital. Fue en el 1 a 1 ante Independiente, por la 13 fecha del torneo Apertura 2010.
La historia continuó en el verano de 2012, y fue contada en múltiples ocasiones por los protagonistas de la vida política sanlorencista de los últimos diez años. Lammens fue a visitarlo, junto a Vital, a su chacra de Punta del Este. Allí intercambiaron opiniones sobre el delicado presente del equipo, y acerca de qué hacer para evitar el descenso. Los encuentros continuaron durante el primer semestre del año, y se acentuaron después de la llegada de Ricardo Caruso Lombardi como DT.
Ya con el equipo salvado de bajar de categoría, Tinelli, con Lammens como brazo ejecutor, pusieron manos a la obra para rearmar el equipo, mientras se reunían en hoteles y restaurantes, en forma extraoficial, con jugadores, representantes, dirigentes de otros clubes y el propio Caruso Lombardi. El resto es historia conocida.